Como toda substancia, los lípidos difunden, pero su difusión está restringida por su empaquetamiento en la bicapa.
Para que un lípido individual se desplace lateralmente, es decir, dentro de la misma lamela, requiere recambiar su contactos tipo Van der Walls, con los lípidos vecinos. No existen muchas barreras para que esto pase y este proceso es rápido.
Para que un lípido se dé la vuelta y se mueva a la lamela adjacente, se requiere que su cabeza polar penetre a la región apolar, este movimiento es desfavorable, pero ocurre, aunque muy lentamente.