Los tejidos son menos interdependientes y las células diferenciadas pueden desdiferenciarse y rediferenciarse.
Sin embargo, células que ya están muy comprometidas con un papel, ya no se desdiferencían.
En plantas y hongos, aunque todas la células poseen el mismo DNA, ciertas células se diferencian para formar tejidos especializados.
Ejemplos de esto son las hojas y raíces vegetales, o el cuerpo fructífero de los champiñones.
La diferenciación puede revertirse hasta cierto punto y algunas células que pueden desdiferenciarse, se dividen varias veces y se rediferencian para dar lugar a un nuevo organismo.
Sin embargo, algunas células, ya muy diferenciadas, son incapaces de regresar al estado indiferenciado.